Por Juan Carlos Mendoza Granadino
CEO
Las finanzas modernas ocupan su labor en dos decisiones fundamentales, las decisiones de inversión y las decisiones de la estructura de capital. Existen diversos cuestionamientos respecto cuál es la más importante, si las decisiones de inversión o las decisiones sobre el nivel de endeudamiento que debe tener la empresa. Por ejemplo, Fernando Gómez – Bazares mencionan que la más importante es la decisión de la estructura de capital, y sugiere primero buscar una estructura de capital optima y después ocuparse de las decisiones de inversión; por el motivo que el financiamiento externo cambia el costo de los capitales.
Otros autores mencionan que las decisiones de financiación no afectan la rentabilidad de las inversiones; haciendo suponer, por ejemplo, que una maquinaria no sería más productiva por el hecho que se esté financiando con deuda externa o pudiera ser menos productiva si se costean con fondos propios.
La revista (Revista de Contabilidad y Dirección. Vol. 12, año 2011, pp. 11-32) menciona que la decisión más importante es la decisión de inversiones, puesto que esta es el motor de la empresa, además que “Una excelente inversión puede camuflar una financiación errónea, pero una excelente financiación difícilmente podrá compensar una mala inversión”.
Sin ahondar mucho cuál es más importante, admitimos la primera decisión debe ser la definición de la estructura de capital y la segunda la decisión de la inversión; aunque se tenga aceptación que la inversión es la más importante.
Para maximizar el rendimiento de los inversionistas se requiere seleccionar inversiones que sean rentables y por ello han surgido muchas técnicas de valorización, unas muy sencillas y básicas, y otras más sofisticadas y complejas.
Una inversión que sea rentable será aquella cuyos rendimientos futuros contribuyan a recuperar la inversión y generen un valor adicional para los inversionistas, esto es la creación de valor. Para conocer la rentabilidad de las inversiones se reconocen universalmente dos técnicas elementales como lo es el VAN (Valor Actual Neto) y la TIR (Tasa Interna de Retorno), aunque existen muchas otras más completas que solo las mencionaremos de momento.
Para conocer la decisión de aceptación o rechazo de una inversión, el gestor financiero calcula el VAN o la TIR. Si el VAN es positivo, es una inversión que genera valor y su decisión será de aceptarla, si por el contrario es negativo, en vez de crear valor, lo estaría destruyendo por tal motivo la decisión será el rechazo.
El cálculo del VAN se realiza con la siguiente fórmula:

Es decir, el valor de los flujos futuros del proyecto traídos a valor presente menos el valor de la inversión.
Con el método de la TIR, una inversión será aceptada si esta es mayor al costo de los recursos, a la rentabilidad esperada por los inversionistas o al costo de oportunidad, según el criterio empleado o a la cantidad de información obtenida.
El cálculo de la TIR es más complejo, puesto que no existe fórmula para encontrarla, y la única manera de obtener la solución es haciéndolo con prueba y error. Está muy relacionada al cálculo del VAN y la forma de obtenerla es la siguiente:

Es la rentabilidad de los flujos futuros que igual al valor de la inversión. Debido a que no es posible despejar k, asignamos valores reiteradamente a k y vemos el valor obtenido, vamos aumentando o disminuyendo hasta que los descuentos de los flujos futuros se igualen a la inversión.
Una inversión crea valor si los retornos que ofrece son superiores a al costo de los recursos, a la rentabilidad exigida por los inversionistas o al costo de oportunidad. Esta métrica también está relacionada con el VAN; así, si el VAN es mayor a cero, entonces la TIR será superior al costo de capital o viceversa.
En conclusión, una empresa crea valor si: VAN > 0 y k<TIR
También existen una diversidad de técnicas con las cuales ayudan al criterio de selección de inversiones, unas con muchas debilidades y otras más completas, pero complejas.
Un catedrático de la universidad mencionaba las técnicas chabelas y las técnicas sofisticadas. Con las técnicas chabelas se refería aquellas que no contemplan el valor del dinero en el tiempo, y con las técnicas sofisticadas aquellas las que sí las contemplan.
Dentro de las técnicas sencillas, podemos mencionar:
- Paybak o período de recuperación
- Indice de Rentabilidad
Dentro de las Técnicas sofisticadas y algunas más complejas se mencionan:
- VAN
- TIR
- Beneficio Costo VA/I
- VAN basado en riesgo
- Árboles binomiales
- Opciones reales.
Cada una posee sus fortalezas, así como sus debilidades, lo que será interesante que el gerente financiero las comprenda para tomar las decisiones de inversiones acertadas.