Por Juan Carlos Mendoza Granadino

CEO

Ciertamente la mayoría de administradores le dan mucha más importancia a la rentabilidad, dejando de lado la liquidez; buscan que las empresas sean más rentables, se preocupan por incrementar el ROE, RIONDI y otros indicadores de rentabilidad, mediante estrategias de la estructura de capital o apalancamiento financiero.  

Cuando una empresa es rentable, pero no líquida, en el corto plazo terminará vendiendo sus activos, de algún lugar necesitará obtener los fondos para cumplir sus compromisos de corto plazo. Lo anterior incrementa el riesgo operativo y financiero y puede llevarla a la quiebra.

Una empresa que es líquida, pero no rentable tampoco funciona, en el corto plazo empezará a consumir sus recursos de liquidez y hasta reservas (fondos, reservas, capital de trabajo y incluso activo fijo), lo anterior también puede llevar al fracaso.

Sin ninguna duda la liquidez es más importante, puesto que la rentabilidad no compra nada, pero el administrador financiero debe tener claro que una sin la otra no funciona y por salud financiera las empresas necesitan de ambas; estas deben complementarse para que las organizaciones aseguren su permanencia en el mercado.

Cuando una empresa es rentable, pero no líquida, en el corto plazo terminará vendiendo sus activos. Por el contrario, si es líquida pero no rentable empezará a consumir sus recursos de liquidez y reservas. Ambas, rentabilidad y liquidez deben complementarse para asegurar su permanencia en el mercado. 

Juan Carlos Mendoza Granadino.